Hoy os dejo a Paco. Trabaja en el metro de Barcelona, se jubila y sus compañeros han querido despedirle con una fofucha. En el muro detras de su puesto de trabajo hay una historia preciosa de Oscar Hanh, que siempre leo cuando voy a comprar un billete. Me pidieron que la pusiera y yo os la dejo para que también la podáis leer vosotros. Espero que os guste.
EN UNA ESTACIÓN DE METRO
EN UNA ESTACIÓN DE METRO
Desventurados los que divisaron
a una muchacha en el Metro
a una muchacha en el Metro
y se enamoraron de golpe
y la siguieron enloquecidos
y la siguieron enloquecidos
y la perdieron para siempre entre la multitud
Porque ellos serán condenados
a vagar sin rumbo por las estaciones
a vagar sin rumbo por las estaciones
y a llorar con las canciones de amor
que los músicos ambulantes entonan en los túneles
que los músicos ambulantes entonan en los túneles
y quizás el amor no es más que eso:
una mujer o un hombre que desciende de un carro
en cualquier estación del Metro
en cualquier estación del Metro
y resplandece unos segundos
y se pierde en la noche sin nombre
y se pierde en la noche sin nombre
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